Las “tarjetas revolving” son tarjetas de crédito emitidas por entidades financieras y grandes empresas, y comercializadas en grandes superficies, gasolineras y supermercados con la finalidad de ayudarte a financiar los gastos de consumo mensuales (compra, suministros, etc.).
El “gancho” es que te permiten elegir la cuota que quieres devolver cada mes, entre otras condiciones y ventajas supuestamente inmejorables. En ocasiones prometen hasta la devolución de un % de lo que pagues con la tarjeta. LA REALIDAD ES MUY DIFERENTE.
El “peligro” que encierran las “tarjetas revolving” es que funcionan como microcréditos para tus compras habituales con pequeñas cuotas de devolución mensual o porcentaje, pero pueden estar aplicándote un interés entre un 20 % y un 30% TAE, lo que provoca que puedas estar pagando en intereses, entre el 50% y el 70% de la suma prestada. Es decir, cobran INTERESES USURARIOS.
El resultado es que el importe de lo solicitado (o utilizado) menos la cuota que eliges devolver al mes más los intereses sobre el capital que queda pendiente hacen que la deuda o crédito no acabe nunca.
Las “tarjetas revolving” se han hecho “famosas” porque algunas entidades como Wizink, Cetelem o Cofidis han concedido microcréditos sin la debida información lo que ha llevado a que muchas familias vivan “ahogadas” por las deudas.